INTRODUCCION
Siguiendo en el terreno de analizar racionalmente a Dios, vemos que la razón humana no solamente puede descubrir la existencia de Dios, también una serie de perfecciones en Él, derivadas de la esencia divina, a las que llamamos ATRIBUTOS DE DIOS. En realidad no hay distinción real entre estos atributos y la esencia divina, ni de los atributos entre sí.
Las escrituras afirman que la mente humana no puede conocer el gran misterio que es Dios. Dios no puede ser totalmente conocido por el hombre a menos que el Incognoscible pueda ser conocido y el Invisible contemplado y el Inaccesible alcanzado, el Incomprensible entendido. Tal conocimiento es demasiado maravilloso parea mí; es demasiado alto, no lo puedo alcanzar, admitió el Rey David. Dios es finalmente incognoscible por las cosas creadas. Nunca podrá ser comprendido como El es en Sí Mismo. El habita en luz inmarcesible (1Tim. 6:16). Ningún humano lo puede ver cara a cara, totalmente revelado en toda la hermosura de Su Gloria y esplendor y sobrevivir aquel santo encuentro.
En este pequeño informe trataremos de ver como es la personalidad de Dios, las diferentes clasificaciones de los atributos de Dios y nos enfocaremos en uno de ellos. Así también daremos a conocer todos los atributos que Dios tiene para nosotros para que así nosotros conozcamos más de Él y podamos aprender de Él.
LA PERSONALIDAD Y LOS ATRIBUTOS DE DIOS
“no hay que pensar en los atributos divinos como si fueran unas meras perfecciones pasivas e inherentes a la naturaleza divina; están siempre y continuamente activas, particularmente las que se relacionan al gobierno moral de Dios. ¿Quién será aquel que contemple todos estos atributos inherentes en una sola persona, y en cada una de las Personas de la trinidad a la vez, sin sentirse profundamente impresionado con su grandeza? “Grande es Jehová y digno de suprema alabanza; terrible sobre todos los dioses (salmo 96:4). No importa cuán grande e incomprensibles sea Dios, el cristiano devoto puede mirar hacia arriba con una fe sencilla y decir, Padre nuestro, que estas en los cielos, mientras que en lo profundo de su alma sienta que Este Dios es Dios sempiterno. No hay escena más sublime en la tierra que la que presenta a un hombre débil, pobre y errabundo, hablando de rodillas con este Dios sublime y verdadero”.[1]
Personalidad de Dios:
Los elementos que se combinan para formar la personalidad son: intelecto, sensibilidad y voluntad. La inteligencia dirige, la sensibilidad desea y la voluntad determina la dirección que conduzca a fines racionales. Las personas humanas, angélicas y divinas presentan estos aspectos. Cuando se estudia el tema de la personalidad de Dios, llegamos al tema de los atributos, que se refiere a aquellas cualidades o propiedades que encierra su personalidad y que lo distinguen como Dios y por las cuales lo reconocen como tal. Los atributos de Dios se pueden distinguir en aquellos que solo Él posee, y aquellos atributos que Él comparte en un sentido derivado y finito con su creación. Esto nos lleva a efectuar la diferenciación de los atributos en “comunicables e incomunicables” como le llamaron los teólogos de la reforma, aunque en este tratado, les llamamos atributos no proyectados y atributos proyectados.
Entre los atributos no proyectados se pueden mencionar: Existencia propia, inmutabilidad, infinidad y unidad. Los atributos proyectados incluyen: espiritualidad, intelecto, y atributos morales, inter alia.
I. CLASIFICACION DE LOS ATRIBUTOS DIVINOS
A. Los atributos divinos, perfecciones y predicados.
Los atributos de Dios son aquellas cualidades y perfecciones que pertenecen solamente a la naturaleza divina. Estrictamente hablando, se hace una distinción entre atributos y perfecciones. Atributos son las cualidades que los humanos le atribuyen a Dios de acuerdo con la idea que ellos tienen de Él. Las perfecciones son aquellas cualidades que pertenecen a la esencia divina, y las cuales Dios se aplica así mismo. Sin embargo, en el lenguaje común los términos se usan alternativamente. Es siempre de recomendarse que se haga una distinción cuidadosa entre los atributos divinos y los predicados. Un predicado es todo aquello que se afirma con respecto a Dios, tal como su soberaneidad o su creación, pero que no le atribuye a Dios ninguna característica o cualidad esencial. El predicado es un término más amplio que el de atributo, e incluye esto último. No obstante, los atributos no incluyen los predicados.
B. Errores que deben evitarse al considerar los Atributos Divinos
Hay dos errores con respecto a los cuales debemos siempre ponernos en guardia al considerar los atributos divinos. Primero necesitamos ponernos en guardia en contra de una simplificación extrema de los atributos con el fin de conservar la unidad divina. Debe admitirse que la lista extensa de atributos que se encuentran en muchas obras de Teología sistemática no está de acuerdo con la simplicidad del concepto cristiano de Dios. Pero reducir el número de atributos sin una causa suficiente, es debilitar nuestro concepto con respectos a las perfecciones divinas. Es nuestro deber tratar de saber tanto cuanto nos sea posible con respecto a Dios, así como también dar atención al alcance completo de perfecciones tal como se revela en las Sagradas Escrituras. Segundo, no debemos caer, en el error de considerar a Dios como la mera suma total de atributos arreglados y clasificados de acuerdo con algún principio de unidad. En nuestra discusión aparte de los atributos, no estamos sugiriendo que la naturaleza divina sea dividida en partes. Mas bien, estamos de acuerdo en recomendar que todos los atributos se adhieran entre sí. Ningún atributo depende del otro ni precede al otro. Todas las perfecciones de Dios son eternas.
C. Clasificación de los atributos de Dios
1. Intentando conocer a Dios se han desarrollado varios sistemas de clasificación de sus atributos. Un sistema basado especialmente en los escritos de los teólogos reformados habla de atributos comunicables y no comunicables. los atributos comunicables son esas cualidades de Dios que al menos en parte se puede encontrar en sus creaciones humanas. Como el amor, que aunque es infinito en Dios, el menos se puede encontrar de forma parcial en los humanos, e incluso la omnipotencia, ya que los humanos tienen al menos cierto grado de poder. Los atributos incomunicables, por otra parte, son esas cualidades especiales que no pueden encontrar su homologo en los seres humanos. Un ejemplo es la omnipresencia. Dios está en todas partes simultáneamente. Ni siquiera con los viajes en avión o en cohete el humano puede estar en todas partes simultáneamente.
2. Un segundo par de categorías son las cualidades inmanentes o intransitivas y las emanantes o transitivas. Las primeras permanecen dentro de la propia naturaleza de Dios, como la espiritualidad. Las segundas proceden de la naturaleza de Dios y operan fuera de ella, afectando a la creación, como la misericordia, que requiere un objeto.
3. Muy relacionada con la anterior clasificación y en ocasiones en combinación con ella está la distinción entre cualidades absolutas y relativas. Las primeras son las que tiene en sí mismo, las que siempre ha poseído, independientemente de los objetos de su creación. Los atributos relativos, por otra parte, son los que se manifiestan a través de su relación con otros sujetos u objetos inanimados. La infinidad es un atributo absoluto; la eternidad y la omnipresencia son atributos relativos que se presentan las relaciones de su naturaleza ilimitada con sus objetos finitos de la creación. Los atributos relativos son los atributos absolutos aplicados a situaciones en las que están implicados objetos creados.
4. La última clasificación arregla los atributos en una división triple: (1) los atributos absolutos, o sean aquellas cualidades que pertenecen a Dios en su esencia aparte de su obra creadora; (2) los atributos relativos o sean aquellos que resultan de la relación existente entre el Creador y lo creado, y que por necesidad requieren la existencia de una criatura para ser manifestados; y, (3) los atributos morales, o sean aquellos que pertenecen a la relación que existe entre Dios y los seres morales que se encuentran bajo su gobierno con, especialidad el hombre. Esta es la que a continuación analizaremos.
II. Los atributos absolutos de Dios
Por atributos absolutos queremos mencionar aquellas cualidades que se relacionan al modo de existencia de Dios en contraposición con los que se refieren a su modo de operación o de actividad. Deben concebirse, hasta donde sea posible, sin ninguna relación a lo creado. Son absolutos en el sentido de que no están limitados por el tiempo ni por el espacio; son independientes de toda otra existencia, y perfectos en sí mismos. Tiene su base en el hecho de que Dios es, en sí mismo, un Ser absoluto. Son inherentes en el sentido de que pertenecen al Espíritu, y son esenciales a cualquier concepto correcto de la naturaleza divina. Son atributos de un Ser personal, y pueden enumerarse como sigue: espiritualidad, infinitud, eternidad, inmensidad, inmutabilidad y perfección.
· La Espiritualidad como Atributo de Dios.
Nuestro Señor Jesucristo declaro que Dios es Espíritu (Juan 4:24). Siendo un espíritu, se sigue necesariamente, que es una persona real, viviente, e incorpórea. Es distinto de aquello que El ha creado, y es consciente de sí mismo, inteligente y agente voluntario. Es más, se sigue de la naturaleza del Espíritu, que Dios es un ser moral a la vez que intelectual. La espiritualidad como atributo está estrechamente relacionada al espíritu como esencia; así que, se le da a aquella el primer lugar en nuestra consideración de las perfecciones divinas. El termino espiritualidad se usa aquí en sentido de originalidad, independencia, o substancia de sí mismo, que algunas veces incluye tanto la unidad como la simplicidad. Por originalidad o independencia queremos decir la substancia de sí mismo, o la posesión de la vida en sí mismo. Indica el hecho de que Dios tiene el fundamento de toda existencia en sí mismo. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos, ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues el da a todos vida, y respiración, y todas las cosas (Actos 17:24-25).
El termino simplicidad se aplica al espíritu puro exento de toda composición. Dice Watson, “El espíritu, no cuerpo, ni mente, ni materia. Es un espíritu puro, desconectado aun de toda forma corporal u orgánica.”
Siendo que el espíritu es simple y carece de composición, nos da la idea de unidad por lo que respecta a Dios. La unidad se considera con frecuencia como un atributo por separado. El termino se usa para expresar que no hay sino un solo Dios y que su unidad se incluye en la existencia de sí mismo. Un ser de existencia propia siempre está exento de la necesidad de otra existencia por la razón de que en la existencia propia se implica la posesión de todas las perfecciones. No hay más que un Dios (1° Corintios 8:4). Es el atributo de la existencia propia lo que establece esta posición, y esta fortalecido y sostenido por el atributo de la eternidad.
El rechazar la unidad divina tan claramente presentada en los pasajes mencionados es caer en el horror del paganismo. Aun cuando la espiritualidad de Dios puede ser en gran parte incomprensible para nosotros desde el punto de vista de su originalidad, simplicidad y unidad, no obstante, es un atributo esencial. La idea de Dios como un espíritu Personal es el único concepto de credo religioso que más viene al hombre como ser dependiente y responsable.
· La Infinitud como Atributo de Dios
Al decir infinitud queremos interpretar el hecho de que para la naturaleza divina no hay barrera ni límite. Es un término que se aplica a Dios solamente, y como tal, se aplica de manera peculiar a los atributos personales de su poder, sabiduría y bondad. De aquí la validez de la declaración del credo que dice que dios es “de un poder, sabiduría y bondad infinitos.” Salmos 145:3, Job. 11:7-9, Isaías 66:1, 1 de Reyes 8:27, Romanos 11:33
· La Eternidad como Atributo de Dios
Cuando declaramos que Dios posee el atributo de eternidad, queremos decir que El está sobre todo tiempo, libre de toda distinción temporal de pasado o de futuro, y en cuya vida no puede dar sucesión. Esto se expresa primordialmente con el nombre bíblico YO SOY EL QUE SOY (Éxodo 3:14); o expresado de otra manera, El Señor, que es, y que era y que ha de venir, el todopoderoso (Revelación 1:8). Aquí se declara no solamente la suficiencia propia de Dios, sino también su eternidad.
· La Inmensidad como Atributo de Dios
Como atributo, la inmensidad expresa el contraste entre el mundo espacial y el modo de existencia de Dios, de la misma manera que la eternidad expresa el contraste temporal. Así como el tiempo ha nacido de la eternidad del espacio ha nacido de la inmensidad. Este atributo se menciona solamente una vez de manera directa en la Biblia en dos pasajes paralelos que se encuentran en 2° Crónicas 6:18; y en 1° Reyes 8:27. He aquí, los cielos y los cielos de los cielos, no pueden contenerte: ¿cuanta menos esta casa que ha edificado? hay sin embargo, otros pasajes que enseñan la misma verdad aunque de manera indirecta. Jehová dijo así: El cielo es mi solio y la tierra estrado de mis pies (Isaías 66:1). ¿Ocultarse alguno? Dice Jehová en escondijos que yo no lo vea ¿No hincho, yo, dice Jehová, el cielo y de la tierra? (Jeremías 23:24). Es claro que el sentido de las escrituras en estos casos es primordialmente devocional, y solo se da con el fin de hacer que el que adora evite el peligro de querer situar a Dios aunque sea por medio del pensamiento, en un solo lugar determinado.
· La inmutabilidad como Atributo de Dios
Este atributo expresa lo invariable de Dios, ya sea en esencia o en atributo, en propósito o conciencia. No obstante, esto no quiere decir una identidad rígida de ser. Más bien trata de demostrar que su esencia y atributos estén siempre en armonía con sus operaciones en la creación y en la providencia. Dios ama la justicia y aborrece la iniquidad, de aquí que su gobierno moral este siempre en armonía con su naturaleza de amor santo. En ocasiones ve a determinadas personas con alegría y en otras con desaprobación ya sea que esta persona sea recta o desobediente. La inmutabilidad divina es importante a la religión de la misma manera que a la moralidad. En eso también estamos sostenidos por la enseñanza de las Sagradas Escrituras. Mas Tu eres el mismo, y tus años no se acabaran (Salmo 102:27). Porque yo Jehová, no me mudo (Malaquías 3:6). Toda buena dadiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación (Santiago 1:17).
· La Perfección como Atributo de Dios.
Este es el atributo que completa y armoniza a todas las demás perfecciones. El Ser divino no crece de nada. Este atributo es una unidad. Es único. Es absoluto. Antes que es una combinación de perfecciones individuales o la culminación de un proceso hacia la perfección, este atributo es el origen mismo de toda otra perfección. Excluye toda posibilidad de defecto. Cuando nuestro Señor Jesucristo dijo, Sed pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre como el Sumun Bonum (Bien Supremo) de todo bien espiritual y el objetivo principal de toda devoción y gozo humano. Como un Dios perfecto, el Padre contiene en su propio ser todo lo que necesita para nuestra bendición eterna.
III. Los Atributos Relativos de Dios
No deben considerarse el atributo relativo como lago esencialmente diferente de los absolutos, sino como si fueran las mismas perfecciones solo que en otra forma.
Lo único que cambia es el punto de vista. Es así como la suficiencia propia divina encuentra su expresión en la omnipotencia, o en el todo poderoso de Dios; de la misma manera , la inmensidad divina considerada en relación con el espacio, y, la eternidad en relación con el tiempo, así como la cualidad de la inmutabilidad, encuentran su expresión en la omnipresencia de Dios. No obstante, la omnisciencia parece no estar estrictamente relacionada con los atributos absolutos tal como los hemos considerado. Esta se refiere de una manera más especial a la personalidad y viene a ser punto de transición lógica entre lo metafísico y lo ético o los atributos morales.
· La Omnipresencia de Dios
La base del atributo de la omnipresencia se encuentra en la inmensidad divina. El doctor Dick las distingue como sigue: “cuando decimos que su esencia es inmensa, queremos decir que no tiene límites; cuando decimos que es omnipresente, lo que queremos decir, es que se encuentra dondequiera que sus criaturas están (DICK, Teología, Teología). Pero aun cuando Dios es omnipresente, se encuentra en relaciones diferentes a sus criaturas. “Dios está presente en la naturaleza de cierta manera”.
A la luz de nuestra discusión anterior con respecto a la unidad de Dios, comprendemos también que dios está siempre presente dondequiera, en un ser entero y total. Solo en ese sentido es admitir que el que adora busque su presencia completa en tiempo de necesidad. Porque así dijo el Alto y sublime, el que habita la eternidad, cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados (Isaías 57:15).
· La Omnipotencia de Dios
La Omnipotencia de Dios esta de tal manera relacionada al atributo absoluto de su originalidad e independencia como la personalidad expresa en voluntad. Siendo una expresión de la voluntad divina, esta también directa y vitalmente relacionada con los atributos morales de Dios. La omnipotencia se define como aquella perfección de Dios por virtud de la cual El puede hacer todo lo que le place. Esta es la definición espiritual: ni hay nada que sea difícil para ti (Jeremías 32:17). Cualquier cosa que sea imposible para El no lo es a causa de la limitación de su poder, sino solamente porque su naturaleza lo obliga a hacer así, en el mismo sentido en que su santidad es incompatible con el pecado. Ninguna doctrina es más importante desde el punto de vista de su valor religioso, que la doctrina de la divina omnipotencia. Es la base para la adoración religiosa profunda y constante para con Dios, y es el fundamento y sostén para la seguridad y la confianza. Esto fue lo que hizo que el Señor fuera a la cruz valerosamente en la confianza de que por medio de la omnipotencia de Dios, su causa triunfaría sobre la muerte, el último enemigo. Este es también el atributo que ha impartido valor a los santos de todas las edades; a pesar de la desilusión y el fracaso aparente, les ha hecho más que vencedores. (Lc. 1, 37)
· La Omnisciencia de Dios
Por omnisciencia queremos decir el perfecto conocimiento que Dios tiene de sí mismo y de todas las cosas. Es la perfección infinita de lo que en nosotros se llama conocimiento. Por consecuencia leemos que de su entendimiento no hay numero (Salmo 147:5).
El atributo de la omnisciencia ocupa un lugar importante y critico en la teología por causa de su relación estrecha al gobierno moral de Dios. Hay algo con respecto a este atributo que nos mantiene en perplejidad. Tiene una relación intima a la Personalidad única y divina. El primer problema en conexión con este atributo es la cuestión del conocimiento divino de eventos contingentes, conocido comúnmente como presencia. Eventos contingentes son aquellos que bien pueden ocurrir pero que no estamos ciertos de que ocurrirán; aquellos que estén sujetos a lo improvisto o a condiciones especiales; así como aquellos que dependen del libre albedrio del hombre.
En relación con la presencia divina, tanto los teólogos arminiados como los calvinistas sostienen la scientia necesaria, o sea el conocimiento eternal y necesario que Dios tiene de sí mismo. La personalidad infinita implica consciencia infinita o conocimiento de sí mismo. Además los teólogos arminianos y calvinistas creen en la scientia libera, o sea el conocimiento libre que Dios tiene de personas o cosas que existen fuera de sí mismo. Sin embargo, difieren en lo que se refiere al fundamento de esta presencia.
· La Sabiduría de Dios
Como atributo divino, la sabiduría está estrechamente relacionada con la omnisciencia y en cierto sentido depende de ella. Sin embargo, con frecuencia se le da un tratamiento separado por los teólogos arminianos tal como Wakefield la definió, es “aquel atributo de la naturaleza de Dios por medio del cual El conoce y ordena todas las cosas para la promoción de su gloria y para el bienestar de sus criaturas.” Aun cuando la sabiduría y el conocimiento estén estrechamente relacionados, la distinción es clara. El conocimiento es la aprehensión de las cosas tal como son en tanto que la sabiduría es la adaptación de este conociendo a ciertos fines. De la misma manera que el conocimiento es necesario para la sabiduría infinita. Tanto el antiguo como nuevo testamento, contienen muchas referencias a este atributo. Con Dios está la sabiduría y la fortaleza; suyo es el consejo y la inteligencia (Job 12:13).
· La Bondad de Dios
La bondad de Dios es aquel atributo por razón del cual Dios desea la felicidad de sus criaturas. Esta es la excelencia que conmueve a Dios a impartir el ser y la vida a las cosas finitas y a comunicarles tantos donde como ellos tengan capacidad de recibir. La bondad de Dios es voluntaria. Se refiere primordialmente a su benevolencia o aquella actitud que trata de promover la felicidad de sus criaturas. Ni los pajarillos están olvidados delante de Dios (Lucas 12:6).
IV. LOS ATRIBUTOS MORALES DE DIOS
Los atributos morales de Dios se refieren a su gobierno o dominio sobre las criaturas libres e inteligentes. En tanto que los vínculos morales son esenciales para la existencia y continuación de la sociedad, el conocimiento de Dios siempre será un factor determinante en la vida del hombre en la comunidad. Hay una diferencia marcada entre lo metafísico (los atributos naturales, absolutos y relativos) y lo ético, o sea los atributos morales. Tanto los atributos metafísicos como los éticos pueden en cierto sentido ser comprendidos por el entendimiento finito del hombre. No obstante, lo ético depende más particularmente de la experiencia común para lograr un entendimiento completo. El hombre es hecho a la imagen de Dios, y, como ser racional, puede dentro de los límites de su infinitud, comprender los atributos naturales de Dios. Sin embargo, el hombre ha caído en pecado, y es así como carece de una base interna personal para la comprensión del carácter moral y espiritual de Dios. Solamente los limpios de corazón verán a Dios. La santidad de –dios es una barrera al hombre pecador. No puede haber entre ellos base común de comprensión. Solo atreves de la mediación de Jesucristo puede venir el hombre a ser participante de la naturaleza divina y de esa manera conocer a Dios en un sentido más verdadero y profundo. Solamente así se pueden comprender la santidad y el amor de Dios.
· La Santidad de Dios.
Se han tomado tres posiciones generales con respecto a la santidad de Dios: (1) puede considerarse como un atributo complementario o coordinado de otros atributos;(2) puede considerarse como la suma total de todos los demás atributos; y (3)puede considerarse como la naturaleza de Dios de la cual los atributos son solo una expresión.
· El Amor de Dios.
San Juan declara una profunda verdad cuando dice, Dios es amor; y el que vive en amor, vive con Dios, y Dios en el (1° Juan 4:16). La naturaleza de Dios es el amor santo. Tanto la santidad como el amor forman parte de la esencia de Dios. La santidad describe la pureza y el carácter moral, y la excelencia del amor de Dios. La santidad de Dios requiere que siempre que El actué basado en su amor puro, y el amor siempre debe hacer que su objeto reciba la santidad. El amor de Dios, es de hecho, el deseo de impartir la santidad, y este deseo solo se satisface cuando los seres que este busca se vuelven santos. En consecuencia leemos, Mas Dios su caridad para con nosotros, porque aun siendo pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8).
· La Justicia y la Rectitud de Dios
Los atributos de justicia y rectitud están estrictamente relacionados a la santidad. El doctor Strong los considera como transida transitiva, y con esto hace referencia a que el tratamiento de Dios hacia su criatura siempre está en armonía con la santidad de su naturaleza. La rectitud es el fundamento de la ley divina, la justicia y la rectitud se distinguen la una de la otra y ambas a su vez, del tributo de la santidad. El termino santidad se refiere a la naturaleza o esencia de Dios como tal, en tanto que la rectitud es su norma de actitud de acuerdo con esta naturaleza.
· La Verdad como Atributo de Dios.
Como la justicia y la rectitud, el atributo de la verdad está estrechamente relacionado a la santidad. Se trata generalmente como veracidad y fidelidad. Por veracidad queremos decir que todas las manifestaciones de Dios para con sus criaturas están en estrictas conformidad con su propia naturaleza divina. Cuando las escrituras hablan acerca de Dios de verdad, están tratando de presentar la idea de su veracidad. Por fidelidad queremos decir el cumplimiento de Dios de sus promesas ya sea que estas promesas sean dadas directamente en su Palabra o que estén implicadas indirectamente en la naturaleza y constitución del hombre. Tú me has redimido oh Jehová, dios de verdad (Salmo 31:5).
· La Gracias y sus Atributos Relativos.
San Juan se refiere a Cristo como “lleno de gracia y verdad;” haciendo de ellas, perfecciones coordinadas de la naturaleza divina. La gracia puede definirse como “favor inmerecido” y todas las “gracias” no son sino formas variadas de la bondad y del amor de Dios. La misericordia es el amor que se ejerce hacia el miserable e incluye tanto la piedad como la compasión (Mateo 9:36). La gracia de dios es universal e imparcial. Les hace a sus criaturas tantos bienes como capacidades tiene ellas de recibir, bueno es Jehová para con todos, y su misericordia sobre todas sus obras (Salmos 145:9).
BIBLIOGRAFIA
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· 1983 TEOLOGIA SISTEMATICA SEGUNDA EDICION – MILLARD J. ERICKSON COLECCIÓN TEOLOGICA CONTEMPORANEA EDITORIAL CLIE
· TEOLOGÍA SISTEMÁTICA. G.H. LACY. CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES
· LA SANTA BIBLIA. REVISADA POR REYNA Y VALERA. VERSIONES 1909 Y 1960.
· ZALDÍVAR, RAÚL. TEOLOGÍA SISTEMÁTICA: DESDE UNA PERSPECTIVA LATINOAMERICANA.
· MONTGOMERY BOICE, JAMES. LOS FUNDAMENTOS DE LA FE CRISTIANA.
[1] BISHOP WEAVER. Wheeler, JH Historia del Condado de Cerro Gordo, Illinois. Vol. II. Pp. 754-55. Pub. Lewis. Co. de Chicago. 1910. Teologia Cristiana
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